...“Estar en el SUAyED, estoy seguro... implica sacrificios diarios”
Mi nombre es Rolando Rodríguez Ochoa, egresado titulado del SUAyED, de la licenciatura en economía de la UNAM, una cualidad que se lleva con orgullo y con responsabilidad porque conlleva valores, principios y un sentido estricto de ética y probidad.
Lograrlo ha sido un camino duro y sinuoso, con alegrías, tristezas, risas y muchas horas de dedicación y esfuerzo, que comenzó desde mi educación preparatoria, donde la UNAM me apoyó con una beca de excelencia académica. Fue justo con esta ayuda que pude terminar mis estudios preuniversitarios.
Fue hace varios años, después de una crisis familiar muy fuerte que mi padre y mi hermana me exhortaron a continuar mi preparación académica en la UNAM.
Recuerdo el día del examen de admisión. , fue difícil, pero… cuando tuve mi resultado aprobatorio. me fundí en un abrazo con mis padres y cómo lloré de alegría al lograr esa admisión tan deseada, tan anhelada, tan soñada, y que solo 90 de 1,000 aspirantes logramos.
Mi primer día en la Facultad de Economía fue mágico, asistí a una reunión en la que nos dieron la bienvenida e información sobre trámites y aspectos académicos, pero además nos recibieron con un examen de matemáticas. ¿¿¿Creo que hoy no hay examen de matemáticas o sí??? Una de las personas que habló dijo algo que me dejó marcado para siempre: "Los economistas somos los médicos de la sociedad, tenemos la responsabilidad de combatir la inflación y la pobreza."
Fue en la Facultad de Economía… mi facultad, donde conocí ideas maravillosas, ideas que, hoy quiero compartir con ustedes, las cuales retomo de Adam Smith:
El día de hoy, en el SUAyED hay, futuros profesionistas. Cada uno de ellos es un ejemplo vivo de cómo, a través del conocimiento, podemos poner los cimientos para construir una sociedad más justa y cómo podemos construir un mejor futuro.
Estar en el SUAyED, estoy seguro... implica sacrificios diarios: horas dedicadas al estudio después de largas jornadas laborales o familiares, noches de desvelo para cumplir con tareas y exámenes, y sacrificios personales que los alejarán temporalmente de amigos y actividades recreativas. Hay quienes tendrán que recorrer grandes distancias en transporte público, invirtiendo tiempo y esfuerzo solo para llegar a su facultad. Otros más tendrán condiciones precarias para el estudio, con recursos limitados o acceso insuficiente a tecnología.
¡Estos sacrificios no serán en vano! Cada paso que des, cada avance, cada noche de desvelo, será un acto de valentía, será un acto de rebeldía y superación, será un acto de inspiración para lograr materializar un sueño que te permitirá alcanzar un mejor futuro.
En las aulas, en las asesorías, en las horas de estudio y en los momentos de cansancio, serán tus compañeros de universidad quienes se convertirán en una segunda familia. Con ellos compartirás metas, frustraciones, éxitos y fracasos. Crearán lazos que van más allá de un aula, y que, de no ser por su apoyo y camaradería, llegar a la meta, llegar a la graduación y a la titulación simplemente sería imposible.
Más allá de las amistades y los momentos compartidos con ellas, la familia es muy importante. quiero reconocer y agradecer a mi esposa, Gaby Guerrero, quien fue mi compañera más incondicional en este viaje. Ella no solo estuvo a mi lado en las alegrías, entendió mis ideales y compartió mi sueño de ser licenciado en economía. Sacrificó su tiempo, fue pilar cuando aparecieron dudas y pensé en tirar la toalla, me motivó a no claudicar, caminó a mi lado para culminar mis estudios y nunca dejó de creer en mí.
No permitas que tus circunstancias definan tu futuro. El llegar aquí es el comienzo de algo enorme, de tu sueño…. tomando forma y comenzando a ser una realidad.
La verdadera tragedia no está en lo que te falta si no en lo que no te atreves a soñar. ¡Haz de tus aspiraciones tu mayor riqueza!
Quiero cerrar con una reflexión: El conocimiento no solo transforma vidas, sino que tiene el poder de cambiar el mundo que conocemos.
Enfrenta cada desafío con valentía y no tengas miedo de ir más allá de la exigencia diaria. Sueñen en grande, rompan paradigmas, desafíe tus límites, se inspiración para los demás. Y, sobre todo, aprovecha que hoy eres parte de la UNAM… de mi universidad…
Por mi raza hablará el espíritu